viernes, 1 de febrero de 2008

Pokezánganos....


No es despreciable la garrafal cantidad de medios que se dedican a cubrir lo que ocurre con las tribus urbanas, especialmente los llamados "pokemones". Y gran sorpresa me causa la denominación de esta tribu, ya que yo crecí viendo la aludida serie en televisión. Y me recuerda los tiempos en que 2/3 de Chile vivían 23 horas del día en torno al malogrado axé. Gracias a Dios fue una moda pasajera. Aunque en el caso de los pokemones, todo parece indicar que es algo más que una efímera tendencia. Se ha transformado en una etiqueta y una forma de ser, que tarde o temprano pasará a etiquetar a toda una generación. Descomunal desgracia para el resto de los jóvenes chilenos, que no nos dejamos patillas, ni nos ponemos ropa apretada ni zapatillas 3 números más grandes.

No por esto vamos a ser llamados pernos, o cualquier otro tipo de adjetivo que se le ocurra a los asesinos de vocabulario, radicados en nuestro lumpen, los llamados "flaites". El infortunio más grande que le ha tocado sortear a mi generación, es sin duda, la segregación de esta misma en tribus (concepto que refleja bastante bien la naturaleza primitiva de la distinción), y lo más lamentable es que los jóvenes que de verdad son un aporte (y no me refiero a los ratones de biblioteca, sino a los jóvenes que disfrutan esta edad, carreteando, pololeando y compartiendo, pero sin caer en formar parte de una tribu) no tienen la misma cobertura mediática que los poké-zánganos, que sólo con cortarse el pelo de esa forma tienen más páginas y más minutos televisivos que los puntajes nacionales de la PSU.

Me atrevo a afirmar, que no sé si por causas de orden comercial, o de cualquier otra índole de la cual no quiero especular, esta carta no ha sido publicada a la fecha por el diario que tiene posesión de ella.

1 comentario:

  1. Sólo no la han publicado porque es mucho para ellos, porque no son de mucho pensar. Nuestra prensa actual es más de tragar y sin masticar demasiado, porque de lo que se trata es de no hacer pensar, ni mucho menos discutir.

    Es que se busca generar consumistas oprobiosos. Es el fruto del beaterío tecnocrático del Neoliberalismo exacerbado y esto, demonios, ya está instaurado, hasta que surjan revolucionarios como tú.

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Aunque una imagen diga más que mil palabras, que tus palabras digan más que lo que se ve en un fotolog.
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