martes, 13 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas??



Palabras con las que respondió el Rey Juan Carlos de España al mandatario venezolano Hugo Chávez durante su intervención este sábado en la XVII Cumbre Iberoamericana; realizada en nuestro país. Sé que aún no tengo derecho a voto, pero como parte de la sociedad, no me puedo quedar fuera de un debate político, ya que esta materia nos compete a todos. El preámbulo de la explosiva reacción del Jefe de Estado español fue una de las acostumbradas arengas de Chávez, quien, en su eufórica plática trató al ex Primer Ministro español José María Aznar de Fascista.¿Acaso no nos pasa lo mismo cuando alguien produce un discurso acalorado?¿No prendemos inmediatamente los ánimos con quien nos ofrece un paraíso terrenal?

Es impresionante como la imbecilidad de los hombres se eleva no al cuadrado, sino al cubo de millones de veces cuando éste se encuentra en la masa. Realmente me veo sorpendido. La sorpresa me l
a dieron mis compañeros al no distinguir entre una idea y un proyecto; entre un argumento y una falacia; entre lo bonito y lo conveniente... De más está decir que un cambio sólo se puede hacer cuando sabes cómo hacerlo. Tomemos el ejemplo de nuestra propia emancipación como país. Los que guiaron y llevaron a cabo esta revolución fueron aquellos más ligados al poder anterior. O'Higgins era hijo (aunque tardemente reconocido) de un GObernador anterior; Carrera era hijo de una familia poderosísima en el Chile colonial; y San Martín pertenecía desde sus inicios a la Logia Lautarina.

Como podemos darnos cuenta, el saber cómo se hacían las cosas antes nos da una base para poder producir el cambio. Formas y pasos que se deben seguir para conseguir la aprobación de un documento dentro de una burocracia comúnmente son conocidas sólo por quienes llevan más tiempo haciendo la actividad, y por cierto, saben cómo hacerlo más eficiente y rápidamente.

Entonces si no sabemos cómo se hacían las cosas antes, o porqué se hacían de tal o cual manera; ¿Qué queremos cambiar?


Así es como se convierten ideas y proyectos en demgogias; argumentos en falacias, y lo conveniente en lo bonito, lo fácil de digerir (dijo una pokemona).

Después de reflexionar me doy cuenta que para este tipo de elecciones, la relación matemática más útil para los postulantes al CAIRA los años venideros (y que de haberla hallado antes la hubiéramos tomado en cuenta), y que desgraciadamente se ha repetido 2 años seguidos es:

"La inteligencia del hombre es inversamente proporcional a la cantidad de personas que lo rodea"

Ojalá la mayoría de los aludidos no se sienta ofendido, pero también se den cuenta de que por tratar de "ser diferente", sus deseos fueron manipulados de tal forma de quitarle al colegio personas que sólo buscaban el bien común. Un acto de envidia explícita, y por supuesto, deplorable. Esos son los líderes que elegimos como alumnado.

No me siento representado por la mayoría, pero así es la democracia y hay que respetar las autoridades no por quienes son, sino por lo que representan (Pensamiento Portaliano).

Dios quiera que en estos momentos esté cometiendo un fatídico error. Dios quiera que el próximo año tengamos tantas actividades; porque en realidad, por ser el último año de mi carrera escolar, quiero disfrutarlo a concho. Y no olvidar algo importante: el próximo año tendremos café en el patio, así que amigos adictos a la cafeína (dentro de los que me reconozco), el próximo año va a estar productivo....

¿Por qué no te callas? Si eso le hubieran dicho a cierto porsonaje "oveja negra" el año pasado, ahora tendríamos un CAIRA para sentirnos orgullosos.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Jalowin...¿qué?

Hace poco se celebró la conocida fiesta de Halloween. Pero en realidad esta fiesta no es de estos parajes. Ni nos imaginamos sus orígenes ni tampoco nos interesan a la hora de tener un motivo para celebrar.

Esa es la forma de pensar del chileno común y corriente: “Mientras haya fiesta, no importa porqué”. He aquí la mala costumbre de los llamados “paracaidistas”, y de fiestas casi todos los fines de semana en discoteques y casas bohemias. Cuando celebramos lo que importa no es qué estamos celebrando, sino que celebremos.

Y ese es el origen del Jalowin, como podríamos llamar a la versión chilensis de la fiesta celta cuyos orígenes narraré a continuación.

Se cree que las prácticas relacionadas con Halloween se originaron entre los antiguos druidas, que creían que esa noche Saman, el señor de la muerte, provocaba a las huestes de los espíritus malignos. Los druidas encendían grandes hogueras con el propósito de rechazarlos a todos. Los celtas creían que los espíritus de la muerte regresaban a sus moradas terrenales durante esa noche. Los romanos, tras conquistar Gran Bretaña, añadieron a Halloween elementos de la fiesta de la cosecha celebrada el 1 de noviembre en honor a Pomona, diosa de los frutos.

La tradición druida de encender hogueras en Halloween sobrevivió hasta épocas modernas en Escocia y Gales, y la presencia de fantasmas y brujas sigue siendo común en todas las celebraciones de Halloween. De la fiesta de la cosecha se origina la utilización de calabazas huecas esculpidas para representar rostros grotescos y que se iluminan colocando una vela en su interior.

Como vemos, la fiesta de Halloween original se ha tergiversado tanto en los países anglosajones como en América latina, que no tiene nada que ver con el ritual de Saman ni con la fiesta de la cosecha romana. Es más, si América latina ha heredado el legado español, ¿Por qué una cultura occidental cristiana cree que los espíritus malignos volverán a esta tierra?

Imitación. Esa es la clave de todo esto. Seguimos estereotipos que llegan de Estados Unidos, que sí tienen algo de legado celta a través de su herencia británica.

La gran pregunta es cómo el chileno no se da cuenta que esta fiesta llegó a Chile con un puro carácter comercial, y que es una estrategia más para vender en fechas no acostumbradas.

¿Por qué no celebramos el 12 de febrero por ejemplo? Muy poca gente sabe que aparte de ser la fecha de la fundación de Santiago es la de la Firma del Acta de Independencia de nuestra República. Esa sí sería una fiesta que ensalza nuestra patria, y no tendría influencias ni estereotipos de fin comercial. Busquemos reales motivos de celebración, que nos identifiquen y que celebren algo NUESTRO.